Aquesta és la qüestió fonamental sota la que gira tota la política educacional del ESO i els plans de Empleo laboral dels nostres dies. Els que curren, s'aferren al lloc de treball. Els joves (més preparats?... pos eso, eso), volen currito, cobrar molt, treballar lu justet, i viure com un funsionari (horari de matí, i el cap de setmana, a la bartola). ¡És lu just!. Conflicte truncant a la porta del Ministro.
Donada aquesta situació tan tibant, anem a veure com està la situació BECARIL als nostres Ajuntaments, on fem lloc a aquesta "sabia del mañana", donant-lis oportunitats d'or, per la seva formació personal i pofesioná. No oblidem que hauran de sostenir COM SIGUI (repeteixo, COM SIGUI), les pensions dels que ens hem de jubilar d'aquí uns anys. Així que cuidadito con maltractar al "Pichón Becaril" que aquests tenen memòria i ens la fotraran i ben fotuda, quan tinguem menys dents que una gallina. Cotonets, i tal.
¡Amos pues!
INDICE "LOS BECARIOS" |
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BECARIOS en la ADMINISTRACIÓN: |
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LLEGADA DEL BECARIO o BECARIA |
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DÓNDE COLOCAN EN LA OFICINA AL BECARIO |
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BECAWARSEX I - CASO del BECARIO |
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BECAWARSEX II - CASO de la BECARIA TACO |
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BECAWARSEX III - CASO de la BECARIA BOMBÓN |
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LaboresBECARILES - FUNCIONES del BECARIO |
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BECARIOBROMAS |
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BYEBYE-BECARIO. |
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... Y MUY PRONTO, |
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Los días transcurrían con aburrimiento y la tendencia al tedio era más que evidente, así que decidimos jugar al mus, bajo la complacencia del todo poderoso maestro burriko.
En todo ecosistema deben existir elementos residuales de todo tipo, inclusive aquellos que resultan ser el despojo de la escala evolutiva, asimilados a moscas y piojitos.
En el mundo funsionaril tenemos a los becarios.
Los becarios se encuentran incrustados en el fondo de la mierda mundial funsionaril. Son los apestados, los pringados supremos. Ocupan ese extraño el peldaño de una escalera que no existe y de la que jamás podrán bajarse en tanto sean becarios.
El origen geológico y genealógico de la aparición del becario, se encuentra en el morcilloso deseo del gobierno centralista opresor del centro de la Mancha Nacioná, de dar la oportunidad a los pajarinis estudiantiles de conocer la esperanzadora realidad del mundo laboral.
A través de las prácticas becariles en empresas y en la Administración Pública, a las hordas de estudiantes se les muestra diáfanamente que dilapidar cuatro o cinco años existenciales en sus estudios universitarios, respresenta la gran cagada que desembocará irremediablemente en un próspero y duradero curro basura en precario.
Las hordas de becarios se reclutan entre la población juvenil de Institutos y Facultades.
Son gente joven, chicos y chicas. Gente con sabia viva en sus venas. Son perlas en bruto. Peña prometedora y luchadora.
Pero hay que decir, que es ancestralmente conocido su descomunal desconocimiento de lo que les espera en su futuro profesioná, inmersos como están, en la guasa pinocha del “Mundo de Heidy y el Abuelito”, donde las ovejitas juegan y se besuquean con el lobo ferós laboral, y si hace falta, se dan un revolcón con él. Cobrando, claro.
En el DEBE de los becarios detectamos, sólo inicialmente, su entusiamo, su idealismo sin límites, sus ganas tremebundas de trabajar y esforzarse, su alto grado de capacitación teórica, su elevada motivación, sus anchas espaldas “a prueba de fostoines y sorpresitas”, unos incansables deseos por aprender (son auténticas esponjas absorbe conceptos), su confianza personal que les llevará en sueños a la cima del éxito mundial, su afán de superación y su constancia inmaculada.
En el HABER, lo de siempre: inocentones-inocentones, pardillos bobalicones, gelipollas integrales, crédulos hasta el descojone. Mítica es su inexperiencia óptima en las materias prácticas de la vida, cebados de conceptos teóricos de libro de manual. En lo físico, el estudio les ha proporcionado “gafas de miope” maduradas en bibliotecas, y cuerpos obesos de michelín alimentados en cadenas de montaje alimentario, como McDonalds u otros clónicos del centrifugado estomacal. Finalmente, su falta de realismo práctico está diseñado a prueba de bomba, ....hasta que estalla.
Desde la perspectiva del empresario, se asume de modo generalizado que el becario es una figura marginal, un pelele a torear con cachondeo y buena explotación, que suele no cobrar nada por su reboloteo laboral, y si lo hace, ya se verá cuando y de qué manera. También perciben que ellos son la cantera de futuro de dónde reclutarán sus peones para reemplazar y jubilar anticipadamente a currantes con emolumentos que desgarran sus márgenes de beneficio empresarial, para que desempeñen funciones en entornos complejos, competitivos y generadores de alto desgaste emocional. Y todo ello, a precios de saldo, que ni el SEPU, ni el LIDL, tú.
Desde la perspectiva docentíña, los estudiantes son el legado insurrecto de padres fracasados. Los profesores y docentes ven la conversión de sus discípulos en becarios, como una liberación divina que tiene el sistema educativo para moldear y desembarazarse temporalmente de esos “engendros” indisciplinados. Los estudiantes son jóvenes que hay que lanzar cuanto antes a la arena laboral, para que sean linchados rápidamente, a fin de que sus ínfulas de futuro y sus aires revolucionarios de “me voy a comer el mundo” se desinflen cual globito acosado por una tricotadora.
Desde la perspectiva de los padres, las prácticas pa sus hijos, se ven como una boleto ganador de la primi: una oportunidad única, titánica y gigantesca para que éstos asienten la cabeza y vean la otra cara del parchís de las farras que se pegan. Las prácticas les servirán para que vean la realidad asociada con el barrizal y la inmundicia laboral, y los sudores que cuesta el pan que uno se lleva a la boca. ¡Y qué coño!. ¡Qué ya toca que se subvencionen ellos mismos, tío!
Desde el punto de vista del jefe de supervisión del becario, éste representa un bulto móvil con patas que hay que ubicar en algún lugar tugúrico del departamento, a fin de que no le dé la coña, y aprenda rápido el funcionamiento de dos máquinas clave en el rendimiento de supervivencia de la oficina: la machine de café y la fotocopiadora.
Desde la perspectiva de los currantes que putearán al becario, su “figurae” constituye una alternativa al domingo de fútbol regional, a cagarse en el retrato y la jeta de la suegra, a apedrear al perro del vecino, o a poner el álbum maldito de AC-DC a toda mecha cuando te visita en casa un amigueta de tu señora esposa.
Vamos pues, a diseccionar algunos aspectos interesantes de su integración en el medio funsionaril.