kiencel

          La vida de la señora Green se está complicando: su marido está en el frente de guerra, trabaja en la ciudad y la granja, cuida de tres hijos, se enfrenta a su cuñado que quiere comprarle la granja y, para colmo, llegan los dos sobrinos, chicos malcriados. Cuando todo va a hundirse, aparece Nanny McPhee.

          Tras el éxito de la primera entrega, Emma Thompson produce, escribe e interpreta, esta secuela, tan simpática e ingeniosa como la primera o, quizá, incluso mejor. La historia es un cruce entre Mary Poppins y Chitty Chitty Bang Bang.

          Nanny es fea y se porta de modo estricto mientras los niños la detestan, se va volviendo hermosa a medida que ellos se reforman y, finalmente, cuando ya no la necesitan, se va. · No pasa de ser una película para niños pero cada vez que la niñera golpea el suelo con su bastón puede ocurrir cualquier cosa. Buenas interpretaciones de un reparto conocido que se presta a una historia sencilla.

          El guión es imprevisible, surrealista y absurdo. Al mismo tiempo, Nanny va imponiendo su filosofía de la vida y educando a los niños con sus maneras excéntricas pero acertadas.

          Derek Johnson es El Rompedientes, un tipo duro que juega al hockey sobre el hielo. En su vida privada tiene encanto con los niños, pero su brusquedad acaba por estropear sus buenas intenciones. Entonces, queda convertido en el Hada de los Dientes (el Ratoncito Pérez estadounidense).

          La película tiene un buen reparto. Dwayne Johnson, Billy Cristal, Julie Andrews yAshley Judd se prestan a hacer el tonto en esta comedieta sin mucho sentido, pero con escenas graciosas.

          Las propuestas cómicas alternan con las moralejas para el público infantil. Acaba por transformarse en una historia melosa y sentimental. Aunque abuse de lo dulzón, hay secuencias que están un poquito por encima de lo habitual. Por una parte están los trastazos de Johnsonaprendiendo a volar y , por otro, algunos diálogos con bastante chispa.

          Para los pequeños de la casa

          Steve Lopez, periodista de Los Ángeles, se encuentra un día en la calle con un mendigo que, curiosamente, toca música de un modo extraordinario. Investigando, descubre que se trata de Nathaniel Anthony Ayers, antiguamente un prodigio del cello.

          Tras las extraordinarias Orgullo y Prejuicio y Expiación, Joe Bright decidió embarcarse en la dirección de esta película que le ofrecía, como las anteriores, unas interesantes posibilidades dramáticas. Bright es un experto en tratar las relaciones entre sus personajes, pero, en este caso, el resultado no es del todo satisfactorio.

          Quizá la historia tampoco da para mucho más, pero se nota que le falta verdadera intensidad, auténticos momentos dramáticos. Robert Downey Jr. es un comediante genial. Aquí le cuesta adaptarse al papel dramático que exigía su personaje. Catherine Keener es una secundaria de lujo que aporta mucho por poco que aparezca.

          Pese a todo resulta una historia amable, con algunos momentos emotivos y alguna