Entrevista
Ignasi de Bofarull: Cómo conseguir que el ocio fortalezca a la familia
Firmante: Ignacio F. Zabala
Aceprensa, 23-11-2005
133/05
Uno de los empeños de las familias es lograr que el tiempo de ocio no cree problemas, sino que sea un factor de cohesión y de enriquecimiento. Ignasi de Bofarull, que se dedica a la docencia y a la orientación familiar, aborda este asunto en su libro recién publicado "Ocio y tiempo libre: un reto para la familia (EUNSA, 2005)".
— Cuenta en su libro que las familias que organizan bien su ocio, salen fortalecidas y obtienen muy buenos resultados. ¿Es gente con más tiempo que los demás? Los niños son insaciables...
— No son familias con más tiempo. Son familias que gestionan su tiempo con criterio. Los padres trazan planes con mucha antelación, saben compatibilizar su descanso con el de sus hijos. Se apoyan en otras familias que apuntan en la misma dirección. Primeramente han trabajado la autonomía en el tiempo libre de sus hijos. Sus hijos se entretienen en aficiones que no exigen que los padres estén permanentemente encima. Han cultivado las amistades de sus hijos. Han buscado y encontrado lugares de confianza donde sus hijos lo pasan bien. Un ejemplo es el de las familias que salen juntas con los hijos y que comparten un club deportivo social. Allí se hace deporte según edades y luego comen todos juntos y estrechan lazos. La amistad entre los hijos y la amistad entre los padres acaba redundando en la coherencia educativa de cada familia.
— Es frecuente oír que, para evitar problemas, hay que acompañar a los hijos cuando ven la televisión o utilizan Internet o videojuegos. ¿Pueden los padres sacar tiempo para todo eso?
— La televisión e Internet deben tener unos horarios de visionado y utilización prudentes. Si se organizan horarios y se seleccionan contenidos es fácil que haya más tiempo para compartir películas de vídeo o DVD (dos a la semana, por ejemplo). Películas conocidas y oportunas en las que el visionado compartido permite extraer conclusiones y valoraciones educativas. El ordenador, la consola y la televisión no deben estar en el cuarto de los hijos, sino en un lugar de paso. A veces las actividades de los padres no permitirán acompañar a sus hijos mientras utililzan Internet o videojuegos, pero estando en casa se puede ejercer una implícita orientación. Es decir: al usarse el ordenador o la consola en el salón-comedor de la casa, en horarios razonables y pactados, los hijos son invitados a una cierta autorregulación. Siempre es bueno, a veces difícil, que uno de los dos padres esté en casa para recibir a los hijos del colegio. Y si no es posible se debe delegar en un adulto de mucha confianza. Nunca solos en casa.