Xavier Escribano
Es doctor en Filosofía por la Universitat de Barcelona. Profesor de Antropología
Filosófica y de Pensamiento Social y Político en la Universitat Internacional de
Catalunya y Secretario de la Sociedad Española de Fenomenología. Publicó
Profesor del IESE, presidente de la editorial EUNSA y consultor de empresas. Ha escrito cinco libros y colabora en
prensa y otros Medios; si bien
la monografía “Sujeto encarnado y expresión creadora. Una aproximación al lo que resalta como más
importante es que junto conpseunmsuajmer,ieLnutisoad,etieMnaenurcicueatMroehriljeosa:uJaPimonet,
yA”l(icPiaro, LhuoimsaEydJso.s,éCOatbtori.ls,2004).Invitadocomo
Es director del “Family-Watch” en España.
Conocasióndelaconferenciaque dirigió a nuestros moderadores en el último PAMOF, nos ha parecido
oportuno entrevistarle acerca de algunos de los contenidos que desarrolló en su sesión.
Desde el punto de vista de la Orientación Familiar ¿qué
elementos destacaría a tener en cuenta para profundizar en el
estudio de la verdad y en concreto en la educación de los
hijos?
Estimar lʼexcel·lència
A mí me parece decisivo educar en el amor a la ciencia y al
conocimiento riguroso, en el aborrecimiento a las ideologías
manipuladoras de cualquier signo. Creo que es necesario ayudar a
los jóvenes a desarrollar su capacidad de admiración, hacerlos
descubrir el sentido del misterio y de lo sorprendente que es existir,
para lo cual la poesía y el arte pueden ser de gran ayuda. También
es preciso aprender a mirar lo que tenemos delante, abrir los ojos al
presente y no ser ciegos a los problemas reales de la gente y de
nuestro mundo, puesto que a veces pasamos buena parte del día
en una realidad paralela, más divertida y menos incómoda. Pasear
largamente
por la propia ciudad o viajar con el afán de conocer y no sólo de
consumir son maneras de conectarnos a una realidad de la que
formamos parte, pero que por su misma proximidad nos pasa
inadvertida. Por fin, como padres, como profesores o como
estudiantes es muy importante tomar conciencia del enorme
privilegio y de la responsabilidad que lleva consigo poder dedicar
horas de la propia vida al estudio, a la reflexión y a la transmisión
del saber. El conocimiento y la vida, en el ser humano, se hallan
indisolublemente unidos, estamos interesados en la verdad porque
estamos interesados en la vida.