-Boceto a lápiz carboncillo: Aprovechados y a vivir del cuento
-Boceto a lápiz carboncillo: Recoger lo sembrado y disfrutarSeñoras, señores, feliz semana. “Obras son amores y no buenas razones”. Un inversor español le preguntó a Bolton consejero de uno de los mayores fondos de inversión norteamericanos, si él animaría a invertir su dinero en España. Y a la respuesta, Bolton le dio la figura de tres preguntas. ¿Cómo voy a recomendar a nadie que invierta su dinero en el único país de Europa que tiene comunistas en el Gobierno? ¿Cómo voy a animar a nadie que ponga su dinero en un país en el que el Gobierno es sostenido por un partido creado por terroristas que asesinaban hasta hace nada? ¿Cómo voy a sugerir a nadie que ponga su capital en una nación cuyo Gobierno es sostenido por los que quieren romper esa nación? Copio, porque en esas tres preguntas de John Bolton, está la respuesta de los que no saben preguntarse y menos aún, responderse.
Mucho me temo que la reacción del gobierno ante la decisión del Sr. del Pino, habrá dado la razón a aquellos empresarios que tuvieran dudas si salir o no de España.
“Los que critican saben las consecuencias de ejercer esa libertad: se despachan a gusto, escribiendo lo que alguno no quiere leer, pero si creen que merece ser escrito, este es un país libre y va a seguir siendo libre. Hasta que ya no se tenga lugar donde poder ejercer la libertad de decir lo que tal vez nadie quiere oír”. Va llegando la hora de que esto se acabe, pero siempre quedarán los que seguirán votando a los mismos porque lo hicieron sus padres. ¿No ha llegado la hora de votar por principios?
En fin, nada nuevo bajo el sol en una sociedad acomodada, dominada por miedos y miserias que la hacen imposible acaudillar futuros cambios. Si no se cansan de nuestra compañía (ojalá que no) acá nos vemos, sin el olvido para los que se han ido.
Señoras, señores, feliz semana. Pueden y piden perdón, no asumiendo responsabilidad. En fin. Se deduce que los políticos firman y afirman acertijos, dan discursos soporíferos, pero ¿se enteran de por donde van las cosas de verdad? No, van a lo suyo. La gente sigue votando mal, o no vota. Pagando impuestos iguales. Se dice que en Derecho la experiencia y prestigio reconocido es un requisito para puestos de responsabilidad, la presunción de diligencia y buenas prácticas. Con todo, lo peor es que este control se proyecta sobre el país, convirtiendo España, no en una nación, sino en un Estado clientelar que los partidos administran pro domo sua (por tu culpa). Es decir, a los españoles nos han robado el país y, a cambio, nos imponen un Estado de supuesto bienestar que nos está asfixiando. Un recordatorio; tienen la vida solucionada.
Elecciones en mayo y a finales de año. Gran fiesta democrática. Algo falla, si somos tan listos no tendríamos políticos tan tontos. Tal vez sea al revés: nos creemos muy listos y los políticos se hacen los tontos. El primer paso para recuperar nuestro país, y con este lo que nos pertenece, es, precisamente, tomar conciencia de cómo los partidos nos están dando gato por liebre. No hay límite alguno. Ni siquiera la biología. Soy lo que creo que soy y puedo ser otro ente si mañana así lo creo y lo deseo.
En fin, nada nuevo bajo el sol en una sociedad asustada, porque si las decisiones son tomadas por políticos de izquierdas o nacionalistas, nadie se atreve a abrir la boca en público. Si no se cansan de nuestra compañía (ojalá que no) acá nos vemos, sin el olvido para los que se han ido.
Señoras, señores, feliz semana. La mentira en política es un arma demasiado convencional, ya no sorprende a nadie que los políticos traten de agradar, de halagar los oídos del electorado. Lo que es deprimente es comprobar que intenten hacerlo con propuestas que son osadamente imposibles, tirando por la calle de en medio, sin vacilar en dar análisis, promesas y cifras absolutamente delirantes, pero sus peloteros observadores aseveran que ese gesto político se convertirá en un valioso empujón electoral. Ahora que vamos a vivir elecciones municipales en toda España, autonómicas en varios lugares, y finalizar con las generales, podremos valorar si los electores consideran que hay alternativa verosímil a la forma de gobernar actual.
Los partidos se han hecho dueños de todo, de todo, han dejado de tener ideología para tener la necesidad de conservar el poder. Sin ideología, o con una que puede cambiar de un día para otro, y finalizar con el culto al líder.
No hay duda de que esos análisis ya están un poco desprestigiados, pero, la izquierda ha sabido mantener una cierta capacidad de seducción para atribuir el mal siempre a los mismos. Tenemos un presidente que es un maestro en el “doblepensar” concepto también acuñado por Orwell, un tipo capaz de defender con idéntica aparente convicción una cosa y la contraria. Todo en él es mentira, él es mentira en sí mismo.
La gente es buena y confiada (manipulable) y totalmente dependiente de los líderes. En fin, nada nuevo bajo el sol y lo que te rondaré, que tengamos un futuro de libertad en el que no venga nadie a decirnos lo que tenemos que hacer con nuestras vidas, y menos con las de nuestros hijos. Si no se cansan de nuestra compañía (ojalá que no) acá nos vemos, sin el olvido para los que se han ido.
Señoras, señores, feliz semana. La aparición masiva de smartphones y app, permitieron a los adolescentes acceder a las redes sociales de manera constante, se creó una clara relación de causalidad entre el uso de estos dispositivos y los cuadros de ansiedad y depresión en estos. Son innumerables los elementos que entran en juego, siendo natural que, especialmente los jóvenes, tengan dificultades para enfrentar todo lo que allí se produce.
Si hay un sitio donde comprobarlo es Twitter. Impresiona de lo que son capaces algunos (justo, es decir, que las mujeres, como mínimo en internet, odian menos), hasta dónde llega la riada de hiel que los contamina.
Alegrarse de las desgracias ajenas, hace más de 2.000 años, los romanos hablaban de malevolentia. Significa justamente eso el gozo que causan. Se ha extendido tanto que lo primero que piensas al leer según qué cosas es lo solitaria y negra que ha de ser la vida del “hater” término que procede del verbo inglés to hate “odiar”. Al fondo de esta escombrera se adivinan enormes complejos de inferioridad, insondables pequeñeces que alguien trata de urdir para que paguen otros.
«Hacéis correr por doquier grandes torrentes de lodo. El odio es vuestro alimento, la indiferencia vuestra brújula», escribe (describe) Philip Claudel en El archipiélago del perro. En fin, nada nuevo bajo el sol y lo que te rondaré, es decir, que tengamos un futuro de libertad en el que no venga nadie a decirnos lo que tenemos que obrar con nuestras vidas, y menos con las de nuestros hijos. Si no se cansan de nuestra compañía (ojalá que no) acá nos vemos, sin el olvido para los que se han ido.
Señoras, señores, feliz semana. Trastornos alimenticios, adicción a las pantallas y a las redes sociales, comas etílicos, niños que insultan a sus padres, sexo preadolescente; los jóvenes de hoy en día no dejan de ofrecer titulares alarmantes. La estrecha relación entre el comportamiento y la educación recibida en casa nos lleva a poner el punto de mira en los padres. ¿De dónde viene su blandura? ¿En qué momento han pasado a ser esclavos de sus hijos, al tiempo que les evitan los conflictos sin descanso?
Algunos de estos padres a menudo prefieren envolver a sus hijos en paños y olvidar los errores que cometen antes que poner límites y hacerles consecuentes de sus actos en caso de cruzar las líneas rojas. Otros directamente anulan la autonomía de sus hijos, de forma que cometer errores ni siquiera sea posible. Hay distintas formas de ejercer la autoridad: el no ejercerla o el ejercerla en exceso no están entre las beneficiosas.
Con unos progenitores «manos libres», su generación creció con una menor supervisión, protección y apoyo emocional que las generaciones anteriores, algo que sin duda ha jugado un papel clave en la educación actual. Precisamente, a causa de esta educación experimental y todoterreno, los nuevos padres son más conscientes de los peligros que enfrentan sus hijos y desean evitar cualquier situación que pueda ponerlos en riesgo, incluso cuando la amenaza aparente no resulta un verdadero peligro.
¿Por qué entonces los padres son más protectores que nunca con sus hijos? Hay varios motivos, tal vez que los padres cada vez son más mayores, y con hijos únicos. Una sociedad como la actual en la que el día es más veloz y precipitada, afecta tanto a padres como a hijos.
Señoras, señores, feliz semana. Ciertas conductas en algunos altos cargos políticos, son infames. Son de una vileza tal que a cualquier sujeto de bien le provoca ascos. Amparados por el sistema, han hecho suyos gritos odiosos y crueles que vulneran el marco de concordia, con reglas no escritas en la que se basa nuestra convivencia.
Esta clase dirigente actual, votada por una gran mayoría, tenemos un problema. Ahí radica el peligro que representa este individuo para la supervivencia de España como Nación, y para nuestro sistema democrático, y nadie quiere verlo así. Embobados por su locuacidad y facilidad con la que se desenvuelve en las relaciones sociales para alcanzar la fama, a pesar del acreditado escaso talento que tiene (recordar su falsa tesis doctoral). Es hábil en vender sus ideas como innovadoras, sin serlo. Tiene gran capacidad para el engaño y ninguna para admitir sus errores, y lo más grave de todo, antepone sus deseos a las necesidades nacionales.
La principal "cualidad" la supervivencia en todos los ambientes hostiles y contra todos los "enemigos", si consideramos también como tal a aquel que osa hacerle un poco de sombra. Cuando la totalidad lo consideran muerto, él logra sobreponerse, sacar la cabeza y triturar al que le amenazaba. Lo ha demostrado con valía, todo ello manteniendo su tupé, y sin arrugas en su traje. Sobrevive. Pero sin conciencia ni moralidad.
En todas las empresas hay tipos así. Todos conocemos a alguno. Petardos que no saben crear ni gestionar nada, pero sí relacionarse, mucha labia, pocos escrúpulos, maniobrar para ascender, y con quién tienen que tomarse los cafés, o apuñalar. Ese es “Pedro Primero el Mentiroso”.
Acá nos vemos, sin el olvido para los que se han ido.
Señoras, señores, feliz semana. Esta nueva generación lela está perdida, su incapacidad de mirar más allá de su propio ombligo narcisista. Ese insoportable narcisismo, a menudo disfrazado de políticas woke y poses progresistas, produce una cerrazón absoluta que se pierde en sí misma. Esto lo vemos, por ejemplo, en fenómenos de lo más variados, de determinadas universidades, la caracterización del “discurso de odio” para cancelar toda idea que no se ajuste a la hegemonía progresista, el dominio del principio de la autopercepción como medida de toda realidad posible, y el consiguiente fin de la verdad como un discurso que proyectamos hacia una realidad que se ubica (también) fuera de nosotros (esto es lo que podríamos llamar “posverdad”).
Este odio por la verdadera diversidad (de pensamiento, unos posicionamientos políticos, creencias, ideas) pierde definitivamente a la generación lela. Mientras ella se seduce a sí misma creyendo que la diversidad avanza simplemente porque podemos teñirnos el cabello de colores, sentirnos en un cuerpo equivocado o acostarnos con alguien del mismo sexo y celebrarlo (como enorme proeza) un mes entero cada año.
Por un lado, podríamos sintetizar como “lo nuevo es bueno, lo viejo es malo”. La vejez se le presenta a una sociedad adolescéntrica como algo esencialmente malo, y a menudo imprecisa en muchos sentidos, distintos, pero similares al mismo tiempo: el viejo está fuera de moda; trae consigo una moral que, debido a la aceleración del cambio social, ya habría quedado desfasada; está tecnológicamente desactualizado, en una sociedad marcada precisamente por lo exponencial del cambio tecnológico, finalmente, en su proximidad a la muerte, recuerda la finitud de la vida, en una sociedad donde la muerte equivale al fin absoluto.
Señoras, señores, feliz semana. La característica definitoria del liberalismo de académicos como Adam Smith, Frédéric Bastiat, F. A. Hayek y Milton Friedman, es la libertad que otorga a todos los adultos individuales para elegir y perseguir sus propios intereses, limitados únicamente por el requisito de que cada sujeto respete el mismo derecho de todos los demás a perseguir sus objetivos elegidos individualmente. El bien común, tal como lo entienden, no es ni más ni menos que un entorno institucional y cultural estable, en el que se puede elegir y perseguir una diversidad de objetivos con las máximas perspectivas posibles de éxito.
El liberal no se opone a los intentos de persuadir a otros para que adopten fines diferentes y, con suerte, mejores. En la medida en que el Estado se entromete en los procesos del mercado para redirigirlos hacia el logro de fines particulares, reemplaza la competencia y la cooperación del mercado con el dirigismo de la economía dirigida. A los asalariados no se les permite utilizar los frutos de su creatividad y esfuerzos como deseen. En cambio, las ‘decisiones’ de consumo serán dirigidas por funcionarios gubernamentales. El resultado será una reasignación de recursos lograda mediante el uso, mayoritariamente, de tarifas y subsidios.
Se acabó una campaña en la que se han batido todos los récords de indecencia. Vale todo. Hemos soportado una tortura y un sufrimiento durante estos días que a lo sumo debería durar 48 horas. Las primeras 24 para apreciar como los candidatos nos mientan y ofendan sin medida con sus programas, y las restantes 24 para poder recuperarnos de tanta plaga bíblica anunciada. Preparémonos para esta segunda. En fin, nada nuevo bajo el sol y lo que te rondaré. Acá nos vemos sin el olvido, para los que se han ido.
Señoras, señores, feliz semana. Cada vez son más los ciudadanos que tienen una percepción del Estado altamente poco halagüeña. Estos oriundos, hace tiempo que no perciben las cacareadas bondades del Estado de bienestar, como de sus abusos y maléfica tendencia de quienes lo administran, se erigen en autoridad, nuestros jefes, en vez de unos servidores. Con el tiempo y la costumbre, este abuso está provocando que el Estado sea percibido por un número creciente de personas como su enemigo número uno.
Sin embargo, esta grave anomalía, más allá de prometer acabar con algunos chiringuitos o una mejor administración, está sospechosamente ausente del debate electoral de las elecciones generales del 23 de julio. Diría sé que en esto los partidos ha elegido ser la representación fáctica de ese Estado abusador. En definitiva, que los partidos, amparados en una discutible idea del bien común, y la no menos discutible de que el Estado encarna esa idea, se guardan mucho de desafiar un perverso statu quo, según el cual, en la práctica, no somos ciudadanos, sino súbditos.
En 1933, Fran Striker y George Washington Trendle, dos hombres de radio de la ciudad de Detroit, en los Estados Unidos, dieron vida a un exitoso personaje popular del siglo XX. Es conocido mundialmente con el nombre de El Llanero Solitario. ¿A qué viene la referencia al tan querido personaje de ficción de la cultura popular? Es que hoy en España, ante una grave crisis institucional y social, una situación política excepcional y rodeados de villanos y malvados sin escrúpulos, aparece un personaje que apela curiosamente a la soledad para “poner en orden las cosas”. Su nombre es Alberto Núñez Feijóo y viene de Galicia, no de Texas. En fin, nada nuevo bajo el sol, sin el olvido para los que se han ido.
Señoras, señores, feliz semana. Ciudadanos que no son realmente distintos de otros ciudadanos. Desde la clase sencilla, hasta la elite empresarial, intelectuales, profesiones liberales, que representan la esencia, en cierta medida, y la realización de la alta cultura, se vieron influidos, persuadidos o seducidos por un fenómeno de cambio.
Una convicción que estaba por encima de unas ideologías que tal vez los ciudadanos no veían materializadas en su quehacer diario ni las comprendían. Ideas que probablemente no compartían ni se veían identificados. La política siempre es relevante, pero la idea de la política cobra especial importancia en momentos como la actual en la que se juegan grandes asuntos, en ese preciso momento, el individuo y la sociedad se ven reconocidos. En ese contexto, la democracia depende de la idea que cada cual tiene respecto de ella. Este contexto se podría definir, hoy en día: El repudio de la clase política producido por la corrupción y la inseguridad. El rechazo al sistema de partidos y la representación provocada por el incumplimiento de las promesas políticas de sus representantes. La creación interesada del enemigo externo “es más cómoda la idea de la imputabilidad externa que la introspección, llámese bolchevique o judío”. Las personas piensan todos los días en sus propios problemas, en su día a día, en las cosas que ven, perciben y ocupan parte de su tiempo, sus pensamientos, familia, amigos, trabajo, no en aquellas que son extraordinarias y que se escapan de su reflexión cotidiana, en definitiva, el individuo cree en lo primero que ve frente al espejo cuando se levanta cada mañana, y lo anormal sería que no fuese así.
En fin, nada nuevo bajo el sol y lo que te rondaré, sin el olvido para los que se han ido
hgm