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Todos nos estremecimos cuando hace unas semanas leímos en la prensa que se estima que unas cuatrocientas mil mujeres son maltratadas en nuestro país, según datos del Ministerio de Igualdad. Sin embargo, pese a esa cifra tan elevada sólo 80.000 denunciarán a sus agresores para poder poner fin a esa situación.
Una de las cosas más llamativas es que el 14 por ciento del total de las víctimas no concede relevancia a las agresiones recibidas, por lo que no se consideran víctimas de la violencia de género. El miedo suele ser una constante en la vida de esas mujeres, y pese a que en el último tiempo se han puesto en marcha mecanismos de ayuda a este colectivo, el Gobierno estima que el número de denuncias de este año será "muy similar" al del anterior.
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Una de las medidas más sonadas ha sido el número de teléfono 016 al que las mujeres o sus familiares podían llamar para recibir atención psicológica y moral, y sentirse protegidas a la hora de acabar con esa lacra.
En toda España, el 016 ha recibido casi 100.000 llamadas en el pasado año, sobre malos tratos, pero no se conoce la cifra de personas que gracias a esas comunicaciones han conseguido por fin librarse de la violencia.
Otro mecanismo es el que obliga a los agresores a portar una pulsera electrónica con un GPS integrado que servirá para controlar e intimidar al maltratador y ofrecer seguridad a las víctimas.
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¿Pero un simple dispositivo podrá garantizar a una persona que ha decidido dar el paso que está a salvo?
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Hace unos meses un maltratador que portaba dicha pulsera salio de la cárcel con un permiso penitenciario y se fue directo a asesinar a su pareja, el destino ha hecho que no hiciera lo mismo con su exmujer, pues esta no se encontraba en casa cuando él se dirigió a buscarla con un cuchillo en la mano.
El agresor llevaba la pulsera, lo que ahora no se explican es como se pudo acercar a su pareja y su exmujer, de las que tenía una orden de alejamiento.
El "terrorismo machista" no es un problema exclusivamente de España, pues afecta a escala global. Así, la ONU asegura que una de cada tres mujeres sufrirá a lo largo de su vida un episodio de agresión sexual. Una cifra muy elevada si tenemos en cuenta que nos calificamos una sociedad avanzada.
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