Akkem
La quinta jornada, entre los campamentos Tekelyu y Akkem también será corta, pero la más satisfactoria, con las mejores vistas sobre el macizo del Belukha. El campamento Akkem es el punto más próximo al pico. Está situado junto al río y lago del mismo nombre. Es una base permanente aunque precaria, que permite salidas cercanas por la zona a diferentes puntos de interés. Será nuestro campamento durante cuatro días, hasta que las lluvias torrenciales y persistentes nos obliguen a canviar el plan previsto.

Agosto 2010. Dos horas nos costará superar el fuerte desnivel desde el campamento Tekelyu hasta el Sarybel Pass, de 2.200m, un verdadero balcón delante del macizo del Belukha.

Agosto 2010. El teleobjetivo nos permite acercarnos a las cumbres e identificarlas. A la izquierda, en oscuro, el pico Yarlu. En el centro, la puntiaguda cima del Belukha (4.506m) y a su derecha la cima oeste, con la que forma la llamada Corona de Altai. Las nieves perpetuas de la cara norte del macizo alimentan el glaciar Akkem, que se escapa abajo a la derecha hacia el lago.

Agosto 2010. Todo el largo tramo de bajada hasta el lago Akkem es un continuo panorama inmejorable de la belleza del macizo fronterizo. Hay que recordar que detrás está Kasakhstán y unos pocos kilómetros hacia la izquierda, al este, China y Mongolia, donde se alza la segunda cumbre de las montañas de Altai, el pico Küiten, de 4.374m. Un verdadero vértice centroasiático. Este es el paisaje que hemos venido a buscar, escondido en el corazón de Asia.

Agosto 2010. Nuestros caballos cruzan sin problemas el cauce del río Akkem, a su salida del lago. Akkem significa lago blanco en lengua altaica.

Agosto 2010. Un pequeño paso de barca nos solucionará pasar al otro lado en varios viajes. Hay que seguir el curso del río durante un par de kilómetros hasta el campamento.

Agosto 2010. El campamento Akkem es una instalación ocupada solo en verano que presta algunos servicios básicos a los que se acercan a la base del macizo. Está gestionado por nuestra agencia.

Agosto 2010. Una serie de tiendas alineadas nos evitan tener que plantar las nuestras. Una cabaña de tejado cónico, típica del Altai, llamada
ail, es el centro de reunión de los acampados.

Agosto 2010. El complejo es muy básico, sin luz, ni agua corriente, con un pequeño comedor que al menos nos evitará cenar sentados en el suelo como los días anteriores.

Agosto 2010. La
banya, lo mejor del campamento. Una cabaña con una estufa de leña en el centro y tres espacios para ducharse con cazos de agua caliente y tomar una buena sauna. Un charco de agua helada en la parte exterior está a disposición del que se atreva a zambullirse.

Agosto 2010. La cabaña típica es el centro de reunión de los acampados, sobre todo después de la cena, junto al fuego. Coincidimos con un grupo de alemanes y una pareja neerlandesa.

Agosto 2010. El valle de Yarlu es una pequeña excursión a pocos kilómetros. Su interés radica en unas formaciones rocosas multicolores y que hay gente que cree en unas supuestas propiedades energéticas bajo la influencia de los astros, como lugar de conexión con el universo.

Agosto 2010. Un vecino yogui del campamento tomaba el sol cada día un buen rato.

Agosto 2010. Otra excursión prevista fue remontar la orilla del lago Akem, donde vimos algunas tiendas plantadas y los dos edificios de una estación meteorológica que según el guía está ocupada todo el año por tres personas. Un ruidoso helicóptero de abstecimiento despegaba.

Agosto 2010. La visita al valle de los Siete Lagos supuso una subida de 650m de desnivel para llegar al pie del pico Akkuyak, un cuatromil con un precioso glaciar colgante.

Agosto 2010. Una laguna de color esmeralda recogía las aguas del glaciar. Remontando entre las morrenas descubrimos otros seis pequeños lagos hasta que empezó a llover y dimos la vuelta.

Agosto 2010. La animación en la cabaña se prolongó durante todo el día siguiente, en que no dejó de llover torrencialmente. El guía consideró que en esas condiciones no debíamos encarar la subida prevista de mil metros hasta el Karatyurek Pass, de 3.060m, donde nevaba.

Agosto 2010. El vuelo previsto dos días después nos obligó a tomar una ruta alternativa y más directa de regreso, un sendero que bordea el cauce del río Akkem. Al ser el tercer día sin parar de llover, los arroyos laterales bajaban crecidos y tuvimos que chapotear como pudimos.
Agsto 2010. El río Akkem bajaba con furia. Aparte de la peligrosidad, el espectáculo de una naturaleza desatada era fascinante. Un sitio aislado y remoto, sin posibilidad de rescate.

Agosto 2010. Una jornada de doce horas nos costó recorrer los 31 kilómetros hasta el lugar donde el río Akkem desemboca en el Katun. Apenas dejó de llover en todo el día. Comimos de picoteo lo que Giorgi y Tania llevaban en sus mochilas y alguna barrita que nos quedaba.

Agosto 2010. El río Katun es el principal de las montañas de Altai. Un poco más al norte se une con el Bia para formar el Obi, el gran río de Siberia occidental, que desemboca en el océano Ártico 3.700km después. Una lancha neumática acordada por radio nos esperaba para cruzarlo. Fue una pequeña odisea de rafting no previsto ni deseado, el río iba muy crecido y rápido con las lluvias.

Agosto 2010. En la otra orilla, un camión nos transportó, a través de una pista ondulada y embarrada, y sin dejar de llover, para devolvernos bien mojados, pero sanos y salvos, a la base Vysotnik tras una larga jornada de tintes épicos que no olvidaremos.

Agosto 2010. Al día siguiente, el viaje de vuelta a Barnaul también tuvo su incidente: la rotura del eje del remolque que llevaba los equipajes, que el conductor y el guía intentaron solucionar. A nosotros nos esperaba el avión para devolvernos a Moscú.