Vias ferratas
Una vía ferrata es un recorrido de escalada asistida a base de peldaños metálicos y un cable de vida o seguridad. Los ferratistas pueden así disfrutar de un sucedáneo de la escalada sin tantos riesgos. Cada persona debe llevar casco, un arnés y un disipador especial homologado para frenar una posible caída. Solo entre 2003 y 2006 escalamos veinticuatro vías ferratas, aunque hasta 2010 alguna más se añadió a nuestra lista.
Grapas metálicas o escalones y cable de seguridad típicos de una vía ferrata, anclados a la roca por buriles de expansión o resina química (sika).

Utilizando como apoyos la roca o las ayudas metálicas y bien asegurado al cable, se puede evolucionar con relativa seguridad disfrutando de la escalada.

Cada uno es responsable de su propia seguridad. El riesgo no desparece.

Un puente tibetano consiste en diferentes cables para apoyar los pies, las manos y anclar los mosquetones del arnés. VF La Morera de Montsant.

VF Regina. Se caracteriza por las largas tiradas verticales con un gran vacío bajo los pies.

Es necesario dominar el miedo al vacío y hacer con calma las maniobras de aseguramiento, pasando en cada anclaje del cable los dos mosquetones al otro lado.

VF Riera de Salenys, remontando un barranco precioso entre cascadas y bosque.

Puente tibetano en la VF Regina. Eso sí, con mucho patio debajo.

VF Regina. El puente tibetano es cómodo y muy protegido.

Extraplomo en la VF Cala del Molí en la Costa Brava, las ferratas no son solo cosa de la montaña.

VF Cala del Molí, con mucha gente, dada su accesibilidad en zona urbana.

Canal de Sant Jeroni en la VF Teresina de Montserrat, la más antigua de Catalunya (1993).

VF Roc d'Esquers en Andorra, un precioso paisaje pirenaico de otoño.

VF Baumes Corcades, el puente tibetano más largo de Europa (60m), todo un desafío.

Magnífico paisaje desde la aérea VF Regina en Oliana.