Se denomina
energía solar fotovoltaica a una forma de obtención de
energía eléctrica a través de paneles fotovoltaicos.
Los paneles, módulos o colectores fotovoltaicos están formados por
dispositivos semiconductores tipo
diodo que, al recibir
radiación solar, se excitan y provocan saltos electrónicos, generando una pequeña
diferencia de potencial en sus extremos. El acoplamiento en serie de varios de estos fotodiodos permite la obtención de voltajes mayores en configuraciones muy sencillas y aptas para alimentar pequeños dispositivos electrónicos.
El proceso, simplificado, sería el siguiente: Se genera la energía a bajas tensiones (380-800 V) y en corriente continua. Se transforma con un
inversor en corriente alterna. Mediante un centro de transformación se eleva a Media tensión (15 ó 25 kV) y se inyecta en las redes de transporte de la compañía.
En entornos aislados, donde se requiere poca
potencia eléctrica y el acceso a la red es difícil, como estaciones meteorológicas o
repetidores de comunicaciones, se emplean las placas fotovoltaicas como alternativa
económicamente viable. Para comprender la importancia de esta posibilidad, conviene tener en cuenta que aproximadamente una cuarta parte de la población mundial no tiene acceso a la energía eléctrica.